¿Por qué existe el beso?
En general nos encanta besar, aunque casi la sexta parte de la Humanidad no lo practica. Al parecer está con nosotros desde siempre pero no tenemos muy claro por qué apareció.

Uno de los primeros en intentar explicar la funcionalidad del beso fue Sigmund Freud que especuló, como podría esperarse, que se tratara de un regreso a la época de amamantamiento. Más tarde, en los años 1960, el zoólogo Desmond Morris propuso que el beso pudiera haber evolucionado de la práctica por la cual las madres primates mastican la comida de sus hijos antes de dársela boca a boca con los labios fruncidos. Así lo hacen las madres chimpancés y posiblemente lo hicieran los homínidos. Presionar con los labios semiabiertos pudo desarrollarse más tarde como una manera de reconfortar a hijos hambrientos cuando la comida era escasa y, con el tiempo, expresar amor o afecto en general. La especie humana podría eventualmente haber tomado estos besos proto parentales y convertirlos en las variedades más pasionales que hoy conocemos.
El problema con esta idea es que hay muy pocas culturas humanas en las que las madres alimenten de este modo a sus hijos. Claro que sí explicaría la etimología de la palabra 'comer' en el Egipto de los faraones: besar la comida de uno.